Metodología de intervención

Primera acogida

Las mujeres llegan al Hogar Santa Lucía, bien por iniciativa propia o bien derivadas de otros servicios o entidades como pueden ser: Servicios Sociales del Ayuntamiento de A Coruña y ayuntamientos de localidades limítrofes, HUAC, H.M.Oza, H.P Piñor, CIM, ACCEM, FEAFES, Policía Nacional, etc.

La persona usuaria que ingresa en el Hogar es recibida por la directora, acompañada por la presidenta de la Fundación Hogar Santa Lucía, quienes le informan acerca de las normas del reglamento de regimen interior, así como cuestiones relacionadas con el funcionamiento del centro (normas de convivencia, horarios, tareas de mantenimiento del Hogar, etc). La mujer solicitante ha de estar de acuerdo y comprometerse a respetar las mismas.

En una primera fase se cubren las necesidades básicas de alimentación, aseo, vestido y alojamiento de las mujeres que llegan al centro. En este momento se comienza a recopilar la documentación que formará parte de su expediente, de cara a futuras intervenciones. Durante esta etapa, se elabora la Historia Social de la persona usuaria como parte de los instrumentos que permiten a las trabajadoras sociales conocer los elementos relevantes de la situación actual, historia y características de la persona usuaria.

 

Observación

A través de entrevistas periódicas con la persona usuaria se lleva a cabo una observación en la que se tienen como objetivos:

  • Establecer una hipótesis de intervención psicosocial.
  • Diagnosticar los aspectos significativos sobre los que trabajar a través de su proyecto personal.

 

Acuerdo de proyecto

Respetando el proceso de la persona usuaria, se elabora un proyecto de inclusión social y/o socio-laboral (según proceda), que recoge aquellos objetivos que ésta desea alcanzar, así como los recursos para lograrlo. Este proyecto se evalúa una vez al año y se ofrece la posibilidad de reformular aquellos que todavía no se han alcanzado.

 

Permanencia en el centro

Durante la estancia de la persona usuaria en el Hogar, el trabajo más importante es su seguimiento constante y personalizado, para conocer sus necesidades, fortalezas y debilidades, a fin de ayudarle a alcanzar los objetivos recogidos en su proyecto.

Atendiendo a sus posibilidades de inclusión socio laboral, podríamos hablar de dos grupos diferenciados: Por un lado están aquellas usuarias que cuentan con habilidades personales y sociales adecuadas, así como un grado de autonomía aceptable y por este motivo, tienen posibilidades de lograr su inclusión y vivir de manera autónoma. Por el otro, están aquellas que debido en gran medida a las patologías mentales y/o enfermedades físicas que presentan, consideramos improbable su inclusión social.

Con las primeras, se movilizan todos los recursos de los que dispone el Hogar (voluntariado, educadoras, trabajadoras sociales, psicóloga y psiquiatra) y la comunidad, especialmente aquellos que están orientados a potenciar la empleabilidad. Durante su estancia se trata de lograr su recuperación integral, o al menos, estabilizar y minimizar las consecuencias de sus patologías, y potenciar al máximo sus habilidades personales y sociales. Más adelante se les proporciona orientación en la búsqueda de empleo con la colaboración de: Servicio Municipal de Empleo, SEPE, Centros cívicos, C.F Violetas, APEM, FEAFES, F. Paideia, etc. Se les ofrecen medios para que consulten las ofertas del mercado laboral (internet y prensa), fomentando en todo momento su responsabilidad y autonomía. Por otro lado, se les ofrece apoyo y motivación en aquellos momentos en los que decae su entusiasmo.

El segundo grupo está constituido por aquellas usuarias cuya inclusión laboral es poco probable. Su deterioro físico y/o psíquico  es importante en muchos casos, de ahí que la mayoría de las pautas de actuación estén encaminadas a mejorar su calidad de vida.

 

Salida del centro

La salida del centro dependerá de la consecución de los objetivos marcados en su proyecto, que teniendo en cuenta  la situación de cada usuaria podrían ser: inclusión laboral, recuperación de lazos familiares, ingreso en vivienda tutelada, traslado a vivienda compartida, derivación a otro recurso, etc. Debemos aceptar que en algunos casos, las salidas se producen como consecuencia del abandono del proyecto de las propias usuarias, antes de lograr los objetivos propuestos.

A lo largo de todo el período de su permanencia en el centro, se trabajan todos aquellos aspectos que favorecen la autonomía personal de la usuaria a fin de prepararla para la vida fuera del Hogar.  Por este motivo es importante preparar esta salida para que se produzca con la mayor garantía de éxito. Se realiza un acompañamiento durante todo este proceso y se le ofrece apoyo para instalarse en la nueva vivienda. Cuando deja definitivamente el Hogar, se le entrega un informe de baja y propuesta de futuro que recoge aquellos aspectos que se considera que la usuaria debe seguir trabajando fuera del mismo, así como los objetivos alcanzados durante su estancia.

Tras la salida se contempla la posibilidad de llevar a cabo un seguimiento del caso, para conocer la evolución del mismo y detectar posibles situaciones de necesidad y/o riesgo.