“Soy, gracias a Dios, una mujer nueva y feliz” exclamabas hace seis años, rebosante de agradecimiento, de entusiasmo y de amor por la vida. Mujer positiva, de gran corazón, ocurrente, alegre y con capacidad para el perdón. De ti amábamos tu sensibilidad, siempre pendiente de las necesidades de los demás y tu gran generosidad. Pocas han sido las personas que han sabido aprovechar, como tú, esa segunda oportunidad que te ofreció la vida. Demostraste a todo el mundo, que si se quiere, se puede y que Dios no te obliga a hacer lo que no puedes, te anima a que hagas lo que puedes.
Siempre admiramos ese optimismo, esa forma de afrontar tu futuro con valentía y tuvimos el privilegio de ser testigo de tus logros. Siempre activa y con enorme capacidad para el trabajo, conseguiste poquito a poco y con gran esfuerzo, todos tus propósitos pues rendirte no estaba entre tus metas.
El pasado sábado se celebró, en tu honor, una misa en la Parroquia de San Jorge, en la que todas te recordamos con cariño.
Queremos agradecerte, querida Trini, el haber tenido el privilegio de conocerte, de aprender tanto de ti y de haber formado parte de la Obra de este Hogar, lugar en el que las experiencias vitales compartidas nos sirven para crear nuestro propio camino, nuestro destino.
Acuérdate de nosotras y cuídanos desde el cielo, con todo cariño,
Hogar Santa Lucía